El gesto más característico que hacen los peregrinos en la Basílica antoniana.
Devoción
Los devotos sienten a san Antonio como el intercesor y bienhechor en nombre de Dios. San Antonio es el rostro de la bondad premurosa de Dios, que en él se descubre y se hace realidad concreta y tangible. San Antonio también es sentido como el misericordioso y delicado reclamo a la conversión y a la penitencia.
Además de en la oración personal, la devoción a san Antonio se ha manifestado a través de los siglos en algunas expresiones particulares que duran hasta hoy y que señalamos brevemente.