En la Capilla de las bendiciones, los fieles acostumbran a llevar a bendecir también objetos personales o de culto. Más allá de las inevitables exageraciones, no se puede menospreciar la necesidad de "tocar con mano" de la religiosidad popular y las dolorosas experiencias que llevan a los fieles a pedir estas bendiciones. Queda la importancia de percibir a san Antonio de Padua como amigo e intercesor ante Dios en las muchas situaciones de cansancio y enfermedad.