El almendro es la primera planta que florece después del invierno, cuando la naturaleza parece muerta, cuando a la primavera le cuesta llegar. En nuestro camino de Cuaresma nos han acompañado imágenes de destrucción, violencia, guerra. Pero muchas han sido las señales de vida y esperanza que, como las primeras flores del almendro, permiten celebrar con confianza la Pascua: los niños nacidos después de la fuga de Ucrania, los miles de prófugos acogidos también en nuestras familias, el coraje de quien ha dado la vida para proteger a sus seres queridos y su libertad.