Me acuerdo de unos anuncios televisivos de un licor en el que un grupo de amigos participaba en una aventura que acababa en un desastre, hasta el punto que provocaba que uno de ellos dijera sin falta: «¡Parad el mundo, quiero bajarme!».
Sí, es cierto, hace un poco de gracia, pero hace pensar mucho. Ante todo lo que ha ocurrido este año que acabamos de pasar a nosotros también nos gustaría poder decir: «Quiero bajarme de este mundo incapaz de paz, de amor, de solidaridad, de cuidado por los pequeños y los debiles. Violento con las mujeres, con los pobres, con los inmigrantes…».