Es todo lo que queda de la antigua ca pilla de Santa María Mater Domini, donada a San Antonio en 1229 por el Obispo de Padua. Aquí el Santo celebraba la Misa, predicaba, confesaba y pasaba sus horas de silencio y oración; aquí fue enterrado en el año 1231 y aquí estuvieron sus restos hasta 1263.
El maravilloso altar gótico con la espléndida estatua de la Virgen, es una obra magnífica de un maestro francés: Rinaldino Puydarrieux (o de Guascogna, 1396). En las paredes se conservan fragmentos de varios frescos de los siglos XIII y XIV.