Después de haber compartido con Jesús los días de la pasión y muerte acojamos en nuestro corazón, en nuestra vida, el gran anuncio de la Resurrección.
En un mundo que parece haber perdido muchas certezas, Resurrección significa vivir en paz como hermanos. En un mundo que intenta refugiarse en pequeñas esperanzas terrenales, que se conforma con momentos de felicidad que dejan en el corazón insatisfacción y tristeza, significa la certeza de una Presencia que transforma nuestra vida y nos convierte en protagonistas de una historia de amor.