Este año, me parece que a las flores les cuesta un poco más de lo normal florecer. Incluso las flores de este cerezo... Lo sé, es sólo mi impresión.... Dentro de unos días aquí habrá una fiesta, con las abejas bailando de flor en flor para recoger el preciado polen...
Pero es en nuestro corazón donde hay ansia y preocupación. Los tristes acontecimientos de este mundo con los conflictos que en lugar de atenuarse se amplian creando nuevos horrores: en Ucrania, en Gaza, en Medio oriente…
Cuánto necesitamos la paz en el mundo y en nuestros hogares. En nuestra sociedad en la que los conflictos son más exagerados por las redes sociales, por los medios de comunicación de masas.
La celebración de la Pascua nos da fuerza en todo esto. Esta fiesta, corazón de la vida cristiana, nos recuerda que la vida es un continuo paso de las tinieblas a la luz, del mal al bien, de la muerte a la vida...
El Señor resucitado nos recuerda que la piedra del sepulcro rodará para dar paso a la vida nueva, que el dolor, el mal, nunca tendrán la última palabra sobre la vida humana, sobre los acontecimientos del mundo.
¡Así que ánimo! No perdamos la esperanza: el Señor está con nosotros y nos acompaña, apoyándonos en nuestros esfuerzos por el bien.
Cada uno de nosotros puede hacer su parte de bien. Apoyado en su camino por la fuerza de la oración.
El Papa Francisco ha querido que este año esté dedicado a la oración para prepararnos también a la celebración del próximo Año Jubilar, en 2025.
¿Por qué no encontramos en nuestros días un poco de tiempo para detenernos a rezar?
Nos ayudará a sentir al Señor siempre cerca y a sostenernos para hacer el bien.
¡Felices Pascuas de Resurrección, a vosotros y a vuestros seres queridos, confiando todas las intenciones a San Antonio!
p. Giancarlo Zamengo, en nombre de los frailes de la Basílica
Mira el video completo de la felicitación pascual [https://youtu.be/TumgWix9a3E].