Me acuerdo de unos anuncios televisivos de un licor en el que un grupo de amigos participaba en una aventura que acababa en un desastre, hasta el punto que provocaba que uno de ellos dijera sin falta: «¡Parad el mundo, quiero bajarme!».
Sí, es cierto, hace un poco de gracia, pero hace pensar mucho. Ante todo lo que ha ocurrido este año que acabamos de pasar a nosotros también nos gustaría poder decir: «Quiero bajarme de este mundo incapaz de paz, de amor, de solidaridad, de cuidado por los pequeños y los debiles. Violento con las mujeres, con los pobres, con los inmigrantes…».
Pero después pienso que Alguien bajó a nuestro mundo para quedarse siempre cerca de nosotros, Alguien que no se cansa nunca de hablar de perdón, que nos invita a cuidarnos los unos de los otros. ¡Que nos recuerda que somos todos hermanos!
Y entonces el mejor deseo para este año nuevo que empieza es que cuidemos de nuestro mundo. Del mundo donde vivimos: de nuestras familias, de nuestras comunidades, de los ambientes de trabajo, de las plantas y de los animales, de la tierra, del aire, del agua. ¡De todo!
Este mundo enfermo nos necesita. El Señor nos necesita: necesita nuestro amor, nuestro testimonio.
Esto significa ser amigos de san Antonio. Continuar ocupándonos de las personas de las que se ocupaba él: de los pobres, de los débiles, de los indefensos.
Este es el deseo de los frailes de la Basílica para el nuevo año con la certeza que estaremos siempre a vuestro lado con nuestra oración y nuestro abrazo.
p. Giancarlo Zamengo, director general del «Messaggero di sant’Antonio», en nombre de todos los frailes de Santo
MIRA EL VIDEO CON LA FELICITACIÓN PARA EL AÑO NUEVO [https://youtu.be/QWI2R_QoBe0]