Querido san Antonio, que siempre has beneficiado a cuantos recurren confiados a ti, te ruego con fervor por una persona enferma, muy querida para mí. Te suplico que le obtengas el don de la curación, o al menos que le sean aliviados los sufrimientos y tenga la fuerza para ofrecerlos a Dios en unión a la Pasión de Cristo. Tú, que en tu vida terrena fuiste amigo de los que sufrían y te prodigaste por ellos con la caridad y el don de los milagros, permanece junto a nosotros con tu bendición, consuela nuestro corazón y haz que nuestros sufrimientos físicos y morales sean una fuente de mérito para la vida eterna.
Amen