Después de la confesión vuelve a la Basílica para participar de la santa Misa.
Cuando celebramos la misa, no hacemos una
representación de la Última Cena: no, no es una
representación; es otra cosa. Es propiamente la Última
Cena; es precisamente vivir otra vez la pasión y la
muerte redentora del Señor». «Es una teofanía: el Señor
se hace presente en el altar para ser ofrecido al Padre
para la salvación del mundo.Papa Francisco
Te ruego Señor, acógeme en la sala
del banquete, concédeme respirar la
luz de Tu rostro, Tú eres mi fuerza